El fin de semana ha sido muy tranquilo y lo he pasado en compañía de un libro estupendo, que todavía no he acabado, pero que recomiendo vivamente a quien esté interesado en una parte sustancial de la historia de nuestro país: Las tres Españas del 36, Barcelona, Debolsillo, 2006.
Se trata de un ensayo histórico, escrito por Paul Preston, donde se repasan los años previos a la Guerra Civil española, el conflicto en cuestión y los primeros años de la posguerra, a través de la semblanza de diversos personajes del momento: Franco, José Antonio y Pilar Primo de Rivera, Pasionaria, Manuel Azaña o Julián Besteiro, entre otros.
El libro presenta un mosaico de personalidades muy distintas, todas ellas con sus peculiares caracteres, sus obsesiones, sus debilidades y pasiones, sus grandezas y miserias. Algunos de los personajes se sitúan ideológicamente en los consabidos extremos de la derecha o la izquierda; pero otros, indignados ante la barbarie y defendiendo una posición moderada y racional, acabarán sufriendo las represalias de ambos bandos.
Esta visión de la existencia de una tercera España, cruelmente hostigada por unos y otros, me ha fascinado; pero, al mismo tiempo, me ha causado una enorme tristeza al comprender cómo se debieron sentir esos españoles, que intentaron sin conseguirlo hacer prevalecer la razón frente a la brutalidad, ante el gran fracaso político, social, histórico y humano que fue la Guerra Civil.
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