Este fin de semana he devorado, literalmente, el libro que Donna Leon ha publicado al alimón con su amiga Roberta Pianaro: El sabor de Venecia. A la mesa con Brunetti, editado en español por Seix Barral hace apenas una o dos semanas.
Yo suelo seguir al comisario Brunetti durante los veranos, en los que me apetecen sus historias de intriga –verosímiles y actuales–, que me ayudan a desconectar. Siempre me había llamado la atención lo bien que comían el comisario y su familia: gracias a esta obra, se publica una recopilación (no sé si completa) de los platos que desfilan por las novelas de Donna Leon, y con los que tanto disfrutan, no solo Brunetti, sino también sus lectores.
El libro hace un recorrido suculento por la cocina veneciana: desde entremeses, primeros platos (las pastas son sencillamente espectaculares) y verduras, hasta pescados y mariscos, carnes y, como no, algunos postres. Si resulta delicioso repasar las distintas recetas, no menos divertido e interesante es leer los textos donde Donna Leon cuenta la peculiar manera de cocinar de su madre, su falta de habilidad para hacer orechietti o cómo se cuelan las abuelas venecianas en la compra, entre otras anécdotas. Me ha encantado y seguro que pruebo más de una receta. Os lo recomiendo.
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