El viernes, día 25, asistí al concierto que Estrella Morente dio, como cierre del festival ¡De Cajón!, en el Palau de la Música Catalana de Barcelona. Suscribo por completo las palabras de algunos de los asistentes a la salida: «No puedo hablar. Estoy conmocionada». «Me ha gustado totalmente».
Yo no soy una entendida en música ni tampoco una aficionada al flamenco; pero si un artista en bueno, si es grande, como lo es Estrella Morente no es una cuestión de entender sino de sentir. ¡Y cuántas cosas me hizo sentir! Desde la primera canción hasta el último taconeo tuve los pelos de punta de la emoción que transmite una voz vibrante, potente, a veces rota y, en todo momento, ma-ra-vi-llo-sa.
El concierto empezó y acabó con el tema «Réquiem» inspirado en el poema de san Juan de la Cruz «Tras de un amoroso lance», y, entre la primera interpretación, acompañada a la guitarra, y la última, a capela, se sucedieron los cantes populares, el homenaje a los Flores, las menciones a su querida Granada y sus movimientos delicados y firmes, graciosos y elegantes. El público, como no podía ser de otra forma, aplaudió totalmente entregado.
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